martes, 8 de mayo de 2012

ENTREVISTA ESTIVILL

Hace ya demasiado tiempo que no vengo por aquí, no se, no se porqué dejé este rinconcito, pero vuelvo, vuelvo para contestar a mi sobrina sobre algo que me preguntó por facebook y para lo que me apeteció más contestar por aquí, por mi rinconcito. Otro día contaré que fue de mi este tiempo, que fue de la doula de Castellón y que es ahora mismo de la doula de Castellón. Sólo adelantaré, que sigo en pie, que sigo mis sueños, que voy acompañando a familias, que voy dando charlas para dar a conocer lo que hace la doula y que espero seguir mucho tiempo, porque me gusta lo que hago, porque me da energía y porque lo disfruto. Pero bueno, ahora a contestar a mi sobrina Alba, que a sus 22 años, sin ningún plan de maternidad a la vista, me va preguntando sobre temas de maternidad, y que quereis que os diga, se me cae la baba con ella, porque alucino con la sensibilidad que se tiene que tener, para que a tus 22 años, seas capaz de utilizar parte de ese tiempo tan precioso, en temas de maternidad, que tan lejos le quedan todavía (aunque yo siempre le digo que no tarde mucho, que es un viaje que vale la pena vivir). Bueno, Alba me ha preguntado sobre partos, sobre embarazos, sobre la figura de la doula, ella estudia periodismo y ha hecho trabajos sobre el tema, en fin, que lo dicho, se me cae la baba con mi sobri. Pues su última consulta, bueno, más bien me pide opinión, es sobre una entrevista que ha visto del Dr. Estivill. La entrevista la podeis ver aquí:


Y como soy pesadita y a mi me gusta comentar las cosas bien masticaditas y punto por punto, allá voy, en rojo estarán las preguntas, en verde lo que explica el Dr. Estivill y en cursiva y rosa, mis aportaciones:

Este médico, especializado en pediatría y neurofisiología clínica, alcanzó el éxito hace aproximadamente 15 años con la publicación de su método para enseñar a los padres a dormir a sus bebés. De la obra, traducida a 22 idiomas, se vendieron unos tres millones de ejemplares. Después de casi tres lustros, el método necesitaba actualizarse. ¡A dormir! es el resultado.

El método requería de una actualización, ¿no?

Tenemos la gran suerte que la medicina del sueño avanza porque es una especialidad muy nueva. Hace cien años no sabíamos nada del sueño. Poco a poco vamos aprendiendo. Ahora ya sabemos muchas más cosas de las que sabíamos hace 15 años. Por suerte, en aquel entonces pudimos dar unas pautas de lo que sabíamos en ese momento que han servido a muchísima gente. Pero ahora nos hemos encontrado que han aparecido nuevas investigaciones muy interesantes para los padres que tengan hijos a partir de ahora.

Pues en MI opinión, creo que este hombre sacó el libro hace 15 años, desde entonces ha intentado sacar algún otro super ventas como éste, pero desde luego con ninguno ha sacado el rendimiento que le ha sacado a su libro "Duérmete niño", después ha sacado como digo otros libros, también de título imperativo, como el primero, "¡A comer!" que como pone en la portada del libro es otro "método estivill para enseñar a comer", vamos, que viene a decir que este hombre tiene la fórmula mágica para todos los temas de la crianza, bueno, más que la fórmula mágica, tiene método para todo. Y yo que quieres que te diga Alba, yo crío, no domestico, que es la sensación que me da con tanto metodito. Luego también escribió "¡A jugar!", como no, con un buen título imperativo, que así a priori parece divertido, pero vamos que te digan así, con exclamaciones ¡A jugar!, como que le corta el rollo a cualquiera, que vamos, que jugar le apetece a cualquier niño, pero no cuando lees el subtítulo en la portada, que pone "Actividades para enseñar buenos hábitos a los niños", ahí es donde patina este señor, porque no se trata de proponer una serie de juegos para que padres y niños disfruten sin más, no claro, jugar tiene que tener un fin tangible y que mejor que sea enseñar a los niños buenos hábitos. Pues Alba, a mi no me va esto, yo trato de enseñar con mi ejemplo, buenos hábitos a mis hijos, vamos que si quiero que se cepillen los dientes después de cada comida, lo mejor es que lo haga yo con ellos, si quiero que saluden al llegar a una casa, lo ideal es que me vean a mi hacerlo, pero ¿Por qué mezclar el juego con los hábitos?, para los hábitos, ya está el día a día, la normalidad de la vida, pero jugar es eso, JUGAR, con mayúsculas, disfrutando del momento, y sin ningún fin que no sea el disfrute. Claro que se aprende jugando, pero para ello, lo mejor es que los adultos o bien participemos sacando el niño que llevamos dentro, o nos retiramos y respetamos ese momento de juego, sin intromisiones didácticas. En fin, a lo que voy que me pierdo. Que este señor, ha tratado de ganar dinero a espuertas, vendiéndoles a los padres métodos para relacionarse con sus hijos, pero por lo visto no les ha sacado la rentabilidad esperada. Además su libro "Duérmete niño", es un libro que sirve para unos determinados años, incluso podría decir que meses, pero que no es para releerlo y imagino que sus ventas habrán bajado, porque ya hay muchos libros suyos entre los padres y se los irán pasando unos a otros, cuando a los primeros ya no les sirva. En fin, que que mejor para vender que crear una necesidad. Ahora nos cuenta que en su día dieron un método con lo que sabían, pero que ahora 15 años después saben mucho más y han perfeccionado el método. Lo cual se traduce, el anterior libro queda obsoleto y ahora nuevos padres, no os sirve ese libro que os dejan vuestros cuñados, primos, hermanos, amigos, ahora si quereis de verdad a vuestro hijo, necesitais comprar este maravilloso libro que perfecciona al primero. Y qué título le pongo. Por supuesto nada que de lugar al calor o al cariño, nada de "Duérmete mi amor" o "A dormir mi niño", no, el Sr. Estivill, le titula "¡A dormir!", así sin tonterías, porque yo lo mando.

Supongo que recibió muchos elogios cuando apareció el primer libro del método Estivill… ¿algún reproche?

Las normas que explicamos son normas científicas. Y dentro del mundo científico no hay ningún reproche. Yo no he inventado nada, no soy ningún gurú, no tengo ninguna teoría. Simplemente explico lo que el mundo científico ha demostrado, que además son las mismas normas que aplica la Sociedad Americana del Sueño y la Sociedad Americana de Pediatría. En Internet, que es un foro que no es científico, puede opinar todo el mundo. Cada cual, evidentemente, dice lo que quiere. Pero como nosotros somos científicos, no hacemos ningún caso a los comentarios de Internet.

Pues no se que dirán los científicos, pero él sabe que hay pediatras, psicólogos y demás profesionales, relacionados con la infancia, que si, que hacen reproches a su método y a las consecuencias del mismo. Eduard Punset, sin ir más lejos, en su documental "El cerebro del bebé", habla de como el organismo de esos bebés se inunda de cortisol y afecta a la amígdala y al desarrollo del cerebro, en formación continúa durante los 2 primeros años. Punset y otros autores demuestran neurológicamente cómo estos cambios hormonales son similares a los que se vive en situaciones de stress agudo y alerta. Someterse a esto, día tras día, tiene sus secuales emocionales y en comportamiento. Así que si, seguramente hay un sector de científicos que le respaldan, pero hay otro sector de profesionales que están alertando del peligro que estos métodos pueden causar en el cerebro de los bebés y de sus secuelas. A mi que quieres que te diga, como madre, ante la duda, tengo claro que hacer.

Algunos habían tildado su método de insensible…

Quien realmente lo ha aplicado y ha leído el libro no lo dice.

¡¡¡TOMA YA!!! Por lo visto este hombre se ha entrevistado con todo aquel que ha leído el libro y lo ha aplicado. Pues me parece que se ha colado, porque ya hay por ahí, opiniones de padres arrepentidos de aplicar el método. Sin ir más lejos aquí dejo un enlace de un testimonio de unos padres que relatan su experiencia:

Porque se ha demostrado empíricamente que funciona…

No me lo he inventado yo. Es el trabajo de más de 200 científicos: neurólogos, cronobiólogos, especialistas de todo el mundo… Mi mérito es únicamente explicarlo en palabras fáciles y colaborar con estas investigaciones.

Claaaaaaro que no se lo ha inventado él, por su puesto, porque hasta ahí llega su desfachatez, que su método no es más que el plagio de un método americano, llamado método Ferber. Lo que ha hecho este hombre es adaptar ese método a nuestra lengua e imagino que a nuestras costumbres, pero no ha hecho mucho más, no es algo que se ha inventado él, por supuesto, es una copia de un método, cuyo autor original se retractó sobre algunos aspectos de su método, como por ejemplo sobre u opinión negativa sobre el colecho que en su primer libro argumentaba. De todos modos, Ferber sacó una actualización de su método, por lo visto más suave, no se si Estivill habrá suavizado su método o no, yo desde luego no me voy a gastar el dinero para comprobarlo, tengo claro que el sueño no es algo que se aprenda, sino que es algo que evoluciona con el ser humano.

Usted dice que si no funciona es porque los padres no lo aplican bien, no por el niño.

Esto no lo digo yo solo, sino también las investigaciones que así lo han demostrado. El dormir es un hábito. Un hábito es algo que no sabemos y que se tiene que enseñar. Un hábito es aprender a comer la sopa con cuchara. Si hay un niño que no come bien la sopa con cuchara, ¿de quién será la culpa? ¿Del niño o de los padres que lo enseñan? Pasa exactamente lo mismo con el hábito de dormir.

¿Tan poquita fe tiene este hombre en el ser humano?
Un niño que tiene cucharas a su alcance y que ve comer a sus padres cada día con cuchara, terminará aprendiendo a comer con cuchara, no hará falta que nadie lo enseñe. Un niño que a los 8 meses esté gateando, terminará andando sin necesidad de que nadie lo enseñe, son las etapas evolutivas del ser humano. Un niño que duerma junto a sus padres, pasará tiempo (unos más otros menos), necesitando a sus padres para conciliar el sueño en cada uno de sus despertares, pero terminará durmiendo toda la noche, pero cuando esté preparado, cuando su proceso evolutivo haya llegado al momento en el que sus despertares sean tan leves que no necesite nada que lo tranquilice para volver a dormir. ¿Cuándo llegará este momento?, pues dependerá de cada niño, lo mismo que el andar, el comer con cuchara o el dejar el pañal. Son niños, no máquinas programables.

Y bueno, como la entrevista es larga, seguiré en otra entrada, que esta ya se queda larga.







miércoles, 28 de abril de 2010

RECOMENDACIONES DE LA OMS

Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la atención al parto normal (sobre "Tecnologías de Parto Apropiadas" publicado por la OMS en abril de 1985)

1. Toda la comunidad debe ser informada sobre los diversos procedimientos que constituyen la atención del parto, a fin de que cada mujer pueda elegir el tipo de atención que prefiera.

2. Debe fomentarse la capacitación de obstétricas o matronas profesionales. Esta profesión deberá encargarse de la atención durante los embarazos y partos normales, así como del puerperio.

3. Debe darse a conocer entre el público servido por los hospitales información sobre las prácticas de los mismos en materia de partos (porcentajes de cesáreas, etc.)

4. No existe justificación en ninguna región geográfica para que más de un 10 al 15% sean por cesárea.

5. No existen pruebas de que se requiera cesárea después de una cesárea anterior transversa del segmento inferior. Por lo general deben favorecerse los partos vaginales después de cesáreas, donde quiera que se cuente con un servicio quirúrgico de urgencia.

6. No existen pruebas de que la vigilancia electrónica del feto durante el trabajo de parto normal tenga efectos positivos en el resultado del embarazo.

7. No está indicado el afeitado de la región púbica ni los enemas preparto.

8. Las embarazadas no deben ser colocadas en posición de litotomía (acostada boca arriba) durante el trabajo de parto ni el parto. Se las debe animar a caminar durante el trabajo de parto y cada mujer debe decidir libremente la posición que quiere asumir durante el parto.

9. No se justifica el uso rutinario de la episiotomía (incisión para ampliar la abertura vaginal).

10. No deben inducirse (iniciarse por medios artificiales) los partos por conveniencia. La inducción del parto debe limitarse a determinadas indicaciones médicas. Ninguna región geográfica debe tener un índice de trabajos de parto inducidos mayor al 10%.

11. Debe evitarse durante el parto la administración por rutina de fármacos analgésicos o anestésicos que no se requieran específicamente para corregir o evitar una complicación en el parto.

12. No se justifica científicamente la ruptura artificial de membranas por rutina.

13. El neonato sano debe permanecer con la madre cuando así lo permita el estado de ambos.Ningún procedimiento de observación del recién nacido justifica la separación de la madre.

14. Debe fomentarse el inicio inmediato del amamantamiento, inclusive antes de que la madre salga de la sala de partos.

15. Deben identificarse las unidades de atención obstétricas que no aceptan ciegamente toda tecnología y que respetan los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del nacimiento.
Deben fomentarse las unidades de este tipo y los procedimientos que las han llevado a
adoptar su actitud deben estudiarse, a fin de que sirvan de modelos para impulsar actitudes similares en otros centros e influir en las opiniones obstétricas en todo el país.

16. Los gobiernos deben considerar la elaboración de normas que permitan el uso de nuevas tecnologías de parto sólo después de una evaluación adecuada.

jueves, 5 de noviembre de 2009


















CUANDO LA VIDA NOS LLEVA LA CONTRARIA

Aquí dejo otro artículo de la revista Ob. Stare, que me ha impactado mucho y que me toca la fibra muy especialmente, habla sobre aquello de lo que nunca se habla, pero que siempre se piensa. Por eso digo siempre que quiero aprender a acompañar los duelos, porque aunque no es tarea fácil, es necesario y creo forma parte primordial de la tarea de doula. Bueno, aquí os lo dejo:

Revista Ob Stare

CUANDO LA VIDA NOS LLEVA LA CONTRARIA

Ana Mª Vidal e Isabel Villena

Ana Mª Vidal e Isabel Villena se conocieron hace poco por una serie de casualidades y descubrieron muchas afinidades. Isabel es Educadora Social y Comadrona tradicional; lleva 25 años acompañando a mujeres y hombres no sólo en partos domiciliarios, sino en toda una amplísima gama de experiencias vitales. Ana Mª lleva el mismo tiempo en el mundo de la comunicación y se ha especializado en temas de salud, calidad de vida y crecimiento personal. Ambas comparten visiones del cuerpo y de la vida muy parecidas. Han parido en partos domiciliarios y han experimentado el viaje del cáncer.

Las páginas siguientes intentan reflejar una larga conversación entre las dos, en las que se reflexiona sobre las experiencias de Isabel con una de las posibilidades más presentes y potentes en la mente y las emociones de todos los implicados en la experiencia del parto/nacimiento y, sin embargo, la menos verbalizada, debatida, profundizada, elaborada: la posibilidad de que los esfuerzos e ilusiones no sean recompensados con un bebé perfecto, de que la muerte y el caos irrumpan en nuestros sueños y planes de vida y, aún peor, de que entren de nuestra mano a consecuencia de un error. No se pretende sentar cátedra ni ofrecer conclusiones ni soluciones, sino compartir unas vivencias y plantear algunos elementos de reflexión para comenzar un debate sobre unos aspectos primordiales de la vida que la sociedad de consumo considera "Tabú" con terror neurótico. Y que quienes estamos trabajando para desarrollar formas más humanas de vivir el cuerpo todavía no hemos conseguido normalizar con valor, con amor y con humor...

Al abordar el debate sobre el parto en casa la discusión tiende a polarizarse entre los/as oponentes (que enfatizan los supuestos riesgos inaceptables) y los/as defensores, que los refutan con argumentos y estadísticas y ponen el acento en la belleza y calidad humana de la experiencia.

Nuestra postura en esta cuestión está bien clara (como madres y comadrona de partos en casa), pero queremos centrarnos esta vez en un tema rara vez abordado en nuestros foros salvo en fríos términos técnicos, como si su sola mención pudiera atraer la mala suerte.

¿Y cuando algo no sale bien? ¿Qué diferencia hay entre el hospital y la casa en estas situaciones? ¿Cómo podemos abordar y manejar esta experiencia con la misma actitud, recursos y calidad humana que cuando todo sale rodado? ¿Es siquiera posible hacerlo?

Isabel pretende abordar la cuestión sin rodeos, intentando compartir lo que ha vivido y aprendido al respecto a lo largo de su experiencia:

Desde el momento de la decisión de tener un bebé, en el "sótano oscuro" de la vivencia de la maternidad/paternidad se agazapa el miedo al fracaso de las expectativas, a tomar la decisión equivocada, a que el bebé no esté sano o muera, o incluso la madre... En el caso del profesional, al posible dolor de la pérdida se añade el énfasis en la responsabilidad y la culpa del miedo al error y a sus consecuencias.

Y son temores fundados, pues los daños, la muerte y el error son parte ineludible de la vida y por tanto también del parto, y es imposible eliminarlos al 100% a pesar de todos los esfuerzos.

Pero esta asunción, que todo el mundo acepta en teoría, pone a prueba una y otra vez nuestros recursos y nuestra humanidad cada vez que se presenta en la práctica.

Y esta prueba es tanto más dura en el parto en casa, ya que se añade a la culpabilización social de toda opción minoritaria el hecho de que es una experiencia "a corazón abierto", sin las estructuras y mecanismos de defensa emocional y legal que el sistema hospitalario ha perfeccionado durante siglos: distanciamiento físico y psicológico, jerarquización y compartimentación de la asistencia para diluir potenciales responsabilidades, despersonalización a través de los protocolos...

Habitualmente, en el parto en casa, alegría y dolor, agradecimientos y resentimientos, confianza y decepción, amor e ira fluyen libremente entre todos los implicados sin institucionalización que les dé orden y estructura: ésta depende exclusivamente de los recursos compartidos de todos ellos. Y cuando algo no va bien, mal preparados como estamos todos, muchas veces son insuficientes para manejar la experiencia sin un coste terrible.

¿Cuántos de nosotros/as, acompañantes de partos en casa, hemos comentado en la intimidad el profundo agotamiento emocional que provocan estos movimientos pendulares entre "el tormento y el éxtasis", la más luminosa euforia y los miedos más profundos, vividos una y otra vez a lo largo de los años, y que es una de las causas del alto porcentaje de profesionales "quemados/as" que termina abandonando la asistencia de partos en casa a pesar de amarlos y creer en ellos? ¿Y cuántas veces, sin embargo, hemos dispuesto de foros regulares en los que tratar este tema abiertamente, compartiendo ideas y emociones entre familias y asistentes, sea en revistas o libros, sesiones de preparación y entrevistas individuales, seminarios, talleres, congresos...?

Cuando muere un bebé en el hospital existe un protocolo claro de actuación: se le suele hacer "desaparecer" rápidamente, se embotan pensamientos y emociones de la madre a base de tranquilizantes, se suele interrumpir el contacto entre padres y quienes atendieron el parto... La situación adquiere para los padres un matiz de irrealidad y disociación que a menudo retrasa el proceso de duelo hasta que los padres están física y emocionalmente separados de los asistentes.

En el parto en casa, sin embargo, las emociones y el contacto son enormemente intensos desde el primer momento.

La solidaridad, el apoyo mutuo y la catarsis emocional son más fáciles. Pero también la ira y la culpa, que son parte normal del proceso, pueden encontrar blancos humanos con gran facilidad.

El acoso social y legal contra el parto en casa aumenta la ansiedad. La bola negra del malentendido, el resentimiento y las acusaciones puede rebotar una y otra vez entre padres y asistentes en una escalada de dolor que más de una vez ha terminado en el juzgado (el tema de las "meteduras de pata" del profesional: temidas, percibidas, imaginarias y/o reales, y cómo pueden abordarse en el marco del parto en casa merece un artículo aparte que esperamos escribir un día de éstos)

Todos hemos conocido y temido este fantasma, y, sin embargo, rara vez aflora a la superficie excepto cuando nos exige aceptar su existencia "por las malas" A pesar de que en el movimiento del parto en casa disponemos ya de un sustancial cuerpo teórico y experiencial en que apoyarnos en cuanto a muchas de sus cuestiones principales (abordaje del dolor, respeto al tiempo del cuerpo, a los ciclos vitales, actitudes, técnicas y trucos para optimizar la experiencia...), cuando el resultado se aparta -a veces dramáticamente- del esperado nos vemos obligados a improvisar y debatirnos como mejor podemos con nuestras emociones y contradicciones, y con las de los demás.

En el proceso de preparación y conocimiento mutuo durante el embarazo no suele tratarse el tema en profundidad como una posibilidad real, sino en términos técnicos, lo que refuerza el distanciamiento personal (descripción de complicaciones, estadísticas, etc.)

Pensamos que la generalizada actitud ante los miedos que se basa en el discurso interior del "a veces sucede, sí, pero no pasará nada, es muy improbable" es insensata.

Creemos más coherente el discurso de que "es poco probable que pase nada, pero si pasa hay que intentar asumirlo con la misma actitud que hemos intentado desarrollar hasta entonces: con el mismo amor, con el mismo valor, con la misma solidaridad, con la misma capacidad para aceptar los ciclos de la vida y de la naturaleza"

Muchas de nosotras hemos vivido la gran dificultad de trasladar estas convicciones a la práctica. Hemos tenido éxitos y fracasos en este viaje, pero como parte que son del gran tabú occidental, rara vez los hemos compartido más allá de nuestros círculos más íntimos.
Por ejemplo, sólo conocemos dos autoras que hayan tratado el tema en este sentido en sus libros sobre parto en casa: Ina May Gaskin (autora del célebre "Spiritual Midwifery") y Sheila Kitzinger. ¿Alguien conoce alguna obra más?

Isabel recuerda el maravilloso Congreso Mundial sobre el Parto en Casa que tuvo lugar en Jerez hace un par de años.

Fue una experiencia inolvidable, pero la inmensa mayoría de intervenciones, ponencias y talleres tuvieron un tono claramente comercial-panegírico sobre el parto en casa, algo idealizado y ciertamente defensivo (absolutamente comprensible por otra parte, dada la demonización de la sociedad actual hacia este tipo de opciones)

La multitud de intervenciones sobre lo natural y bonito que es parir, lo satisfactorio que es asistir partos en casa, los mil métodos y trucos para prevenir problemas y mejorar la experiencia fueron todas relevantes y verdaderas, pero como persona con 25 años en el tema, Isabel no conseguía quitarse de encima una extraña sensación de irrealidad, de que había una parte importante de su experiencia que no estaba apareciendo en el Congreso...

Hasta que en la sesión de clausura una de las organizadoras, la gran María Fuentes, mencionó la presencia de una comadrona francesa que estaba siendo demandada judicialmente por la muerte de un bebé en un parto en casa. Desde la mesa, María pidió a todos los presentes que se hubieran encontrado con la muerte en el parto que se levantaran y alzaran la mano para demostrar a su compañera francesa que no estaba sola ni en su dolor ni en su riesgo. Cientos de los presentes, prácticamente todos/as excepto un puñado de estudiantes, se pusieron en pie.

La sala de actos vibró con una especie de suspiro de alivio, como el que sale cuando uno se deshace del peso de un secreto larga y duramente guardado... Fue un momento de comunión que quedó como uno de los más vivos y valiosos del Congreso. Habíamos pasado por lo innombrable, y aún seguíamos allí. Y lo innombrable, lo inaceptable, lo intolerable para la sociedad occidental de consumo es cualquier frustración de expectativas: la vida imperfecta, el cuerpo imperfecto, el parto imperfecto, el hijo imperfecto no forman parte del orden natural de la existencia.

Si le suceden a uno es porque algo no ha hecho bien: no hizo los controles adecuados, no contrató al médico más titulado, no tomó la medicación adecuada, no comió suficientes zanahorias, no elaboró bien sus conflictos psicológicos, no manejó bien sus vibraciones negativas ... (elíjase la causa preferida según el sistema de creencias de cada uno)

Cuando la vida nos lleva la contraria es mucho más que una experiencia dura. Nuestra sociedad lo considera un fracaso y una prueba de incompetencia personal. Tenemos la fantasía de que la vida puede llegar a ser controlable, de que 2 y 2 siempre son 4, de que si hacemos bien las cosas estaremos a salvo del caos, y será talmente como un anuncio de Coca-Cola. Y cuando la vida nos aleja de nuestras bonitas (o feas) urbanizaciones y nuestros arreglados jardincillos y parques y nos mete de cabeza en el bosque nocturno entre el aullido de los lobos, nos morimos de miedo y de negación.

¿Conocéis la imagen de Clarisa Pinkerton Estés en "Mujeres que corren con los lobos"?, corriendo descalzas y despeinadas por el bosque más oscuro, entre los lobos de nuestros terrores, los pies sangrantes y muertas de miedo, pero vivas, bien vivas...

La sociedad tecnocrática pretende asfaltar y urbanizar el bosque y matar a los lobos. Pero algunas culturas "naturistas" parecen pretender que es posible convertir el bosque en un agradable jardín, y a los lobos en perritos domésticos. Por supuesto que es bueno y humano el hacer todo lo sensatamente posible para alcanzar nuestros sueños. Pero también hay que saber asumir el no conseguirlos. Como dice la célebre frase: "Dame, Señor, valor para cambiar los males que pueden cambiarse. Y serenidad para aceptar los que no. Pero sobre todo, dame sabiduría para saber distinguir unos de otros..."

Parece que la sociedad de consumo abandona resignadamente la lucha por "cosas que tiene la vida" como la explotación, la pobreza, la guerra y la injusticia... y nos anima en cambio a luchar obsesiva e incansablemente contra cosas tan innaturales e inaceptables como la vejez, la muerte, todo tipo de dolor, la timidez, la tristeza, el aburrimiento, la "fealdad", la calvicie, la celulitis, las orejas de soplillo y así una lista interminable... Y nos vende incontables productos, servicios o profesionales que nos pondrán a salvo de tamañas desgracias, pagando al contado o a plazos.

Todos reconocemos, en teoría, lo absurdo de estas expectativas.
Pero, y concretando en la experiencia del parto/nacimiento, cuando lo que aparentemente sólo les pasa a los demás se convierte en nuestra vida, empieza el a veces largo y duro viaje del duelo, tan difícil de recorrer en una sociedad que nos ofrece en cada una de sus etapas paradas fáciles pero a menudo engañosas:

- LA NEGACIÓN: archivamos la experiencia en el último y más escondido cajón de nuestro inconsciente y luchamos denodadamente para no volver a acordarnos del tema distrayéndonos, aturdiéndonos o dopándonos si hace falta.
Desgraciadamente, el inconsciente suele apañarse para escaparse constantemente por las rendijas y pasarnos cuentas por las asignaturas pendientes...

- LA AUTOCULPA: se busca una causa que devuelva el orden al caos y una relación causa/efecto que tranquilice nuestras ansiedades.
La autoincriminación y el autocastigo es una solución práctica aunque deprimente: ...Si yo fuera más lista... más valiente... más madura... si lo hubiera hecho distinto ... me lo merezco...

- LA IRA/RESENTIMIENTO: aún más fácil que la autoculpa y más inútil y peligrosa. En su versión difusa (...la vida es una mierda... la realidad es injusta... nada merece la pena...) o concreta (...la culpa es del desgraciado del médico... la incompetente de la comadrona... el/la gilipuertas de mi marido/mujer...)

Todos pasamos por estas etapas (consecutivas o mezcladas), y en cada una de ellas meditamos, interpretamos, re-interpretamos, filtramos, elaboramos, asumimos, dejamos ir, conservamos... y si todo va bien, al final encontramos una explicación válida, un sentido, un valor, una belleza, una utilidad, una forma de vivir-recordar la experiencia sin culpa, sin terror, sin odio; con amor, con valor y con humor.

¿Cómo podemos ayudar-ayudarnos en este viaje madres, padres, amigos/as, asistentes...?

En la experiencia de Isabel lo principal es compartir, mantener la comunicación (especialmente entre profesionales y familia-amistades)

Expresar las emociones, acompañarse, tocarse, abrazarse, darse tiempo y respetar el ciclo, animarse entre todos a aprender a aceptar y amar nuestras vidas tal como son, y no tal como nos empeñamos en que sean.

Aprender a desprenderse de las expectativas previas, del parto soñado, del hijo soñado. Aceptar que no tenemos derecho a exigirle a la vida el que todos nuestros sueños se realicen... y aprender a aceptar y amar nuestra experiencia tal como fue simplemente porque es la nuestra, y a nuestro hijo tal como es/fue porque es nuestro, aunque no se parezca a los niños del "Ser Padres"

Y agradecer todo aquello que nos aporta en vez de resentirnos por todo aquello que nos quita (que eran puras expectativas e imaginaciones)

En el caso de la muerte perinatal o muy temprana de un hijo, esto implica la construcción de una memoria, de una identidad en el recuerdo, del sentido y belleza de una vida que no tuvo ocasión de construirse por sí misma y, por tanto, esta tarea es un reto y un legado para todos los que le conocieron, y muy especialmente para los padres.

Desde el exterior de esta experiencia parece poco más que una barriga que crece-decrece, y una ausencia, una expectativa a olvidar o reemplazar lo antes posible. Pero para sus padres y entorno ese bebé existía, era real, y tras su temprana partida queda pendiente el construir-interpretar su vida en la memoria.

Re-interpretar la experiencia. Convertir lo que nuestra sociedad considera una no-vida en una vida digna de haber sido vivida, no importa cómo y no importa por cuánto tiempo.

Digna de ser conocida. De ser recordada con cariño y agradecimiento. De aprender a amar sin poseer, a celebrar haber conocido al bebé que no se quedó. A ver la belleza de quien es radicalmente diferente a nosotros. A dejar que nos enseñe a vivir mejor, a apreciar mejor lo que tenemos, a ser más fuertes, valientes y humanos.

Esta elaboración es mucho más fácil de hacer en el marco de un parto en casa o de un centro alternativo, fuera de un sistema que ni siquiera considera persona legal a quien muere antes de las 24 horas de nacer y que considera que su razón de existir es la lucha contra la muerte, y, por tanto, tiende a no saber cómo ayudar cuando la muerte tiene la desvergüenza de presentarse en sus "templos"

Por lo que cuando se da el caso suele limitarse a intentar separar a los padres de la prueba física de su desgracia (el bebé), mantenerlos lo más dopados posible y plantarlos en su casa para que se arreglen como buenamente puedan con una receta de tranquilizantes. Y a considerar la experiencia como un fracaso, no como el nacimiento de un niño.

No sólo el hecho de parir en casa, sino la actitud vital que suele implicar esta elección, es uno de los aspectos que facilita vivir estos procesos.

Isabel recuerda un caso concreto. Habla de Marta y sus hijos, una larga y emocionante historia que espera podrá ser contada con detalle y en su totalidad por la misma Marta en otra ocasión. Pero hoy contaremos la de Aymar, su primer hijo.

Aymar nació en un parto precioso y un lugar idílico, el faro del Cabo de Creus, en Gerona (es amiga del farero). Marta nadó en sus calas (era julio) durante buena parte de la dilatación y parió a Aymar en una experiencia toda belleza y armonía.

Pero Aymar nació diferente, muy diferente. La cara, la nariz, el paladar, gravísimamente deformados. Con seis dedos en las manos. Y malformaciones cardíacas. Pero nació vivo y era un bebé y estaba allí, con nosotros. De manera que superamos el shock como pudimos, nos abrazamos, le abrazamos y le dijimos, nos dijimos, que nos había dado la gran sorpresa pero que nos parecía precioso, especial, y que era de lo más bienvenido, y que por favor se quedara todo el tiempo que quisiera...

Decidimos trasladarlo al hospital por si había posibilidad de solución quirúrgica, y como estaba bien llamamos tranquilamente a una ambulancia.

Es curioso que mientras estuvo en nuestros brazos estaba perfectamente, y en cuanto le metieron en la ambulancia se puso cianótico y hubo que intubarle. En fin, sus padres le acompañaron al hospital, donde las pruebas descartaron toda esperanza. Aymar no volvería a respirar espontáneamente.

Hecho el vínculo afectivo, Marta y Jordi no podían tolerar dejar a Aymar en la UCI hasta su muerte, de manera que pidieron el alta voluntaria. El personal del hospital se portó estupendamente. Hubo lágrimas y abrazos de despedida, y consejos e instrucciones sobre cómo ayudar a Aymar si vivía algunos días. Aymar se apagó pacíficamente en los brazos de Marta una hora después, en el camino de vuelta al Faro.

Una vez allí, Marta y Jordi pasearon por las rocas y calas del faro durante horas, hasta la noche, con Aymar en sus brazos, dándole la bienvenida y despidiéndole al mismo tiempo.

Lo enterraron en una tumba preciosa en Cadaqués, frente al mar, con una placa de madera y un pequeño jardín sobre su cuerpo.

Marta, Jordi y todos los que lo conocimos hemos trabajado lo nuestro para darle sentido e identidad a una vida de 9 meses (más o menos) dentro de su madre y menos de 24 horas en el mundo.

Pero después de muchas llantinas y cabreos y preguntas y abrazos y de todo hemos decidido que Aymar fue un pequeño profesor que vino a darnos un seminario sobre el arte de vivir.

Y lo fue, porque así lo decidimos.

Aymar tiene un libro dedicado a su vida. Es una de las cosas más hermosas que hemos visto. Hay dibujos, fotos, poemas, canciones, cartas, reflexiones, agradecimientos de mucha gente que le conoció. Desprende una energía amorosa que no pasa desapercibida. Hay dolor, hay belleza, hay fuerza, hay sabiduría, hay vida. Os contamos la historia de Aymar como un ejemplo de una de las muchas maneras en que se puede elaborar un duelo. Aunque la historia de Marta no termina aquí. Tuvo dos hijos más, dos partos preciosos.

Aunque parezca mentira, el segundo también vino de paso. Martí Pau nació anencéfalo (sin cráneo ni la mayor parte del cerebro) y vivió 3 días. Nada genético, simple mala suerte. Marta lo quiso, lo quisimos igual. ¿Cómo pudo con esto? Pues con mucho amor, suyo y de otros. Mogollón de amor (nosotras ayudamos todo lo que pudimos)

Acompañamos este artículo con algunos extractos del libro de Martí Pau, para que veáis lo orgullosos que estamos de él y lo guapo que era.

Y dos años después nació Seidu. Otro parto precioso -aunque imaginaros la carga emocional- Seidu nació perfecto, precioso, sanísimo.

Ahora tiene 5 años y es una monada.

Isabel considera un raro privilegio haber conocido y amado a estos 3 hermanos y a sus maravillosos padres y seres queridos.

Pasea su historia, sus fotos, todo lo que le enseñaron, allá donde va. Y se acuerda de ellos cada vez que la vida achucha.

Pero se ha dejado muchas cosas que contar.

Ha habido otras historias más duras, no tan ejemplares. También han enseñado lo suyo y le encantaría compartirlas y oír de otras. Leer o escuchar otras reflexiones. Copiar ideas nuevas, aprender de los demás.
Por ejemplo, sobre:

- Cómo integrar estos conceptos en nuestra práctica cotidiana, en nuestra comunicación con madres-padres, etc. durante el embarazo. No sólo para prevenir estas experiencias en el embarazo y parto, sino para ofrecer un marco de reflexión para toda la vida.
En el tiempo circular de los quichuas, nacimiento y muerte son los dos extremos de la vida, y, por supuesto, se tocan...

- Cómo trabajar mejor estas experiencias cuando tienen lugar. Ideas, vivencias, filosofías.

- Cómo darnos espacios y estructuras regulares de apoyo y refuerzo mutuo, tanto periódicas como para casos de "emergencia" para prevenir la soledad y la "quemazón" de la "comadrona al borde del ataque de nervios"


miércoles, 28 de octubre de 2009

CONSERVAR EL PERINÉ INTEGRO

CONSERVAR EL PERINÉ ÍNTEGRO


Hoy cuelgo éste documento sobre como conservar el periné íntegro, algo no tan difícil como se suele creer, siempre que estemos acompañadas de profesionales respetuosos y que le den a esta zona de nuestro cuerpo la importancia que se merece.
CONSEJOS DE UNA MATRONA PARA CONSERVAR EL PERINÉ ÍNTEGRO

Parir sin desgarrarse y conservar el periné íntegro es una meta para todas las parturientas. Nos encanta conservar nuestros genitales completos e intactos. Mucha gente cree que la integridad de la vagina y del periné en el parto es una cuestión de suerte, fortuna o un regalo que depende de las fuerzas que concurren en el momento del parto.

Hay bastante folklore en torno a preparar o masajear el periné en el embarazo. Ninguna otra especie de mamíferos hace algo así. Decirle a una mujer que se de masajes en el periné durante el embarazo supone una falta de confianza en sus tejidos, que están perfectamente diseñados para parir al bebé.

El trabajo para conseguir un periné intacto hay que iniciarlo mucho antes del parto. Se trata de explicar las sensaciones que se notan conforme la cabeza del bebé estira los tejidos, y alertar a la madre de los riesgos que tiene empujar, con el fin de ayudar a la mujer a tener un expulsivo suave para el bebé y para ella.

Las mujeres tienen muchas ganas de escuchar durante las charlas prenatales la realidad del parto. En los siguientes puntos resumo la información que yo les doy sobre la segunda fase del parto, lo que se conoce como "expulsivo".

Empezarás a tener ganas de empujar cuando sientas una sensación como de tener que defecar, una presión en el culo. En esta parte no tendremos ninguna prisa. Te conectarás con tu cuerpo y procurarás no impacientarte. Esto permitirá que tu cuerpo libere hormonas para tu periné que lo reblandecerán al máximo para el momento en que la cabeza del bebé lo estire.

La presión en tu culo se hará más fuerte, hasta que tengas la sensación de que te estás partiendo en dos y de que no lo puedes soportar. Esto es normal y ninguna mujer se ha roto en dos, así que tú no vas a ser la primera que lo haga. Como ya habrás aprendido que esto es lo normal te relajarás y verás que ésta es una sensación interesante y extraña. Tal vez incluso pienses "Vaya, Gloria me dijo que sentiría esto y tenía razón. Supongo que esto ocurre desde los principios de la humanidad...".

Lo siguiente que sentirás será como una quemazón intensa y pinchazos justo alrededor de la entrada a la vagina. Esto es lo que muchas mujeres describen como el "círculo de fuego" porque rodea toda la abertura de la vagina. En este momento te saldrá de manera instintiva el llevarte la mano a la vulva que está prominente e intentar sujetar por donde sale la cabeza del bebé. Este instinto lo debes seguir. Parece ser que realmente es útil poner ahí tus propias manos. A veces a las mujeres les gusta tener paños calientes en el periné en este momento, así que si los quieres házmelo saber. Si te gusta el calor lo dices, y si no te gusta pues dilo también. Haremos lo que a ti te apetezca.

La mayoría de las mujeres prefieren el expulsivo a la dilatación. Cuando estás empujando sientes que por fin avanzas y que realmente hay una meta al final de todo tu esfuerzo.

Es un momento en el que tienes que concentrarte al máximo y centrarte en ti misma. No permitiremos que nadie hable en la habitación. Todos permaneceremos en silencio entre las contracciones y respetándote mientras tú aprovechas para volver a concentrarte en ti misma. Cuando empiezas a sentir el círculo de fuego, no hay ninguna prisa. Te animaré a que empujes como te apetezca hasta que la cabeza esté coronando (cuando la mayor parte de la cabeza ya es visible). Lo único que tocará tus partes será el paño caliente y tus manos. Es muy importante que la matrona mantenga las manos alejadas porque en ese momento tus tejidos están hinchados y llenos de sangre, y sólo con apretarte con los dedos te puede hacer un moratón o raspazo. Esto puede producirte un desgarro. Utilizaremos un espejo de plástico y una linterna para ver como vas y así poder orientarte. No os tocaremos ni a ti ni al bebé.

El momento de la coronación (cuando sale la cabeza) es muy intenso y requiere que te concentres exclusivamente en notar la sensación de quemazón como una sensación segura y sana que no se parece a nada que hayas sentido antes. Tal vez oigas una voz malvada dentro de ti que te dice: "venga, empuja fuerte de una vez y así acabarás ya, que más da si te desgarras, lo que quieres es acabar de una vez por todas y que esa cabeza salga ya de tu culo". Esta voz malvada no te va a ayudar, así que le das gracias y luego te dices a ti misma: "venga, aguanta así. Vas muy bien. Si paso el tirón jadeando y me aguanto las ganas de empujar seguiré fiel a mis propósitos, no me desgarraré y a la larga estaré mucho mejor". Tu matrona sólo te dará consejos positivos de la forma más sencilla posible para que no te desconcentres. Típicamente te dirá cosas como: " Muy bien, Linda, suave....suave...suave....aguanta, aguanta conmigo....hah....hah....hah.......Muy bien, ya hemos acabado con esta. Te estás abriendo divinamente, hay muchísimo sitio para tu bebé, tu hija tiene el tamaño ideal para pasar...".

Te ofreceremos agua y una pajita porque la hidratación es importante en el expulsivo. Puedes beber o dejarlo, lo que te apetezca.

Cuando la cabeza haya terminado de salir notarás un inmenso alivio. Entonces tienes que seguir centrándote en la siguiente contracción, que hará que salgan los hombros del bebe. Luego todo el cuerpo del bebé saldrá rápidamente con muy poco esfuerzo por tu parte. Te subiremos al bebé sobre tu piel desnuda en ese momento y verás como es lo más alucinante del mundo tener a ese pegajoso, resbaladizo, y maravilloso bebé contigo fuera de tu cuerpo.

Tal vez notes tu periné muy reblandecido, y aunque te extrañe lo que mejor va en ese momento es ponerte unos paños o compresas húmedos con agua muy caliente. Esto coincide con una teoría de la medicina china de que nunca hay que poner nada frío sobre la madre o el bebé. Las mujeres dicen que se sienten mucho mejor en cuando se les aplica el calor y la hinchazón disminuye en seguida.

Cuando salga la placenta notaras como si un tampón muy grande y suave se escurriera. Es un sentimiento hermoso completar todo el proceso del parto con la salida de la placenta.

Cuando una madre recién parida conserva el periné intacto se recupera antes y mejor del parto. A mi me gusta enrollar una toalla y hacer con ella un círculo sobre el cual la madre se siente mientras da de mamar.
Las relaciones sexuales se pueden reanudar cuando la pareja se siente preparada, y a veces un poquito de aceite de oliva o de almendras viene bien como lubricante al principio.

Gloria Lemay




Traducido por Ibone Olza, psiquiatra

martes, 29 de septiembre de 2009


EL PINZAMIENTO INMEDIATO DEL CORDÓN UMBILICAL


Aquí os dejo un artículo muy interesante de como puede perjudicar a los bebés algo que hasta el momento se está realizando en la mayoría de paritorios de forma rutinaria. Es largo, pero vale la pena leerlo.

COMO DAÑA EL PINZAMIENTO DEL CORDÓN EL CEREBRO DE TU BEBÉ

Revista Ob Stare
Cómo Daña el Pinzamiento del Cordón el Cerebro de tu Bebé
George M. Morley

Este artículo describe un error importante en la práctica obstétrica moderna: el pinzamiento prematuro y rutinario del cordón umbilical. Algunos apartados requieren, para su comprensión, de conocimientos médicos, y el lenguaje es muy técnico, pero en general, la jerga médica se evita o se explica en términos que la mayoría de los padres expectantes puedan entender.

El error fue definido muy claramente hace más de 200 años: Otra cosa muy perjudicial para el niño es pinzar y cortar el cordón del ombligo demasiado pronto, que se debe dejar siempre sin tocar hasta que el niño no sólo haya respirado varias veces sino hasta que su latido haya cesado por completo. De otra forma, el bebé es mucho más débil de lo que debería de ser, puesto que en la placenta se queda una cantidad de sangre restante que debía haber entrado en su cuerpo. Erasmus Darwin (abuelo de Charles Darwin), Zoonimia (1801)

A pesar de repetidas publicaciones ilustrando los efectos del error y notificaciones oficiales, la sociedad médica y su prensa coetánea de referencia todavía no reconocen la posibilidad de ningún error. Para acelerar la corrección de este error se intenta dar a conocer el tema y exponerlo públicamente. La naturaleza de las lesiones causadas por esta práctica, desgraciadamente, excluyen una curación; para los padres desafortunados de un niño afectado, el conocimiento puede mitigar cualquier culpabilidad que puedan tener y tranquilizarlos con respecto a los nacimientos futuros.


La obstétrica moderna no hace caso a las funciones normales del cordón y de la placenta a partir del momento en el que el niño nace, y en la mayoría de los hospitales el cordón umbilical se pinza y corta en el primer momento conveniente después del nacimiento. En los nacimientos prematuros y cuando el recién nacido está deprimido o en riesgo, el pinzamiento inmediato del cordón se realiza rutinariamente para llevar rápidamente al niño a la mesa de reanimación y para obtener las muestras de la sangre del cordón para fines médico-legales. La sangre de la placenta, que debería estar dentro del bebé, o se tira o se utiliza para proporcionar células madre u otros productos comerciales.

A los médicos se les enseña (y lo creen) que con el pinzamiento del cordón tardío la transfusión placentaria da al bebé demasiada sangre (hipervolemia); mientras tanto, las unidades de cuidado intensivo neonatales (UCIN) están llenas de recién nacidos débiles, firmemente pinzados, que exhiben muestras de grandes pérdidas de sangre, palidez, hipovolemia (volumen bajo de sangre), anemia (poca cantidad de sangre), hipotensión (tensión arterial baja), hipotermia (baja temperatura), oliguria (poca producción de orina), acidosis metabólica, hipoxia (bajo suministro de oxígeno) y dificultades respiratorias (shock pulmonar) hasta el punto de que algunos necesitan transfusiones de sangre y muchos más reciben expansores de sangre.

Llegados a este punto es necesaria una explicación de los términos anemia, policitemia, hipovolemia e hipervolemia. La sangre es una mezcla de células rojas y un fluido llamado plasma. Generalmente la sangre es mitad células, y mitad, plasma. Cuando la sangre contiene demasiado pocas células, se utiliza el término anemia; la sangre está diluida.

Policitemia significa que hay demasiadas células rojas; la sangre se encuentra concentrada. El término volemia se refiere al volumen total de sangre hallada en el corazón y en los vasos sanguíneos del niño; las venas son elásticas y se llenan constantemente con la sangre bombeada por el corazón a través de ellas, como si fueran un globo largo, circular. Demasiado volumen de sangre (hipervolemia) hace trabajar demasiado el corazón y sobrellena el globo. Demasiado poco volumen de sangre (hipovolemia) deja el globo y el corazón en estado de colapso; da igual si la sangre está diluida o concentrada. La anemia y la policitemia se refieren a la calidad de la sangre; hipo- e híper-volemia tratan sobre la cantidad de sangre. Un bebé anémico puede presentar hipervolemia ó demasiado líquido, y un niño policitémico puede presentar hipovolemia ó deshidratación. Un niño normal que sufre una pérdida fuerte de sangre tendrá un recuento de sangre normal y un volumen bajo de sangre (hipovolemia). Durante la recuperación de una hemorragia, el volumen de sangre se restablece con líquido (plasma), y el niño llega a ser anémico (sangre diluida) porque lleva mucho más tiempo para recuperar las células rojas perdidas. La anemia infantil temprana es una indicación seria de que el niño sufrió previamente una pérdida significativa de sangre.

Antes de nacer, el cordón y la placenta respiran para el bebé. Los seres humanos y el resto de los mamíferos han desarrollado a lo largo de millones de años un mecanismo muy seguro para cerrar los cordones umbilicales en el momento del parto sin llegar a interrumpir la respiración asegurando la supervivencia óptima de sus descendientes.

Un accidente natural ocasional tal como un cordón roto puede ocurrir raramente, pero es biológicamente imposible que ese mecanismo dé a un niño demasiada o demasiada poca sangre de forma rutinaria. Las mamíferas que siempre dan a sus descendientes la cantidad equivocada de sangre para sobrevivir llegan a extinguirse en una sola generación.

El método de Erasmus Darwin sobre el pinzamiento tardío es seguro porque la pinza se coloca sobre vasos sanguíneos que ya el bebé ha cerrado de forma fisiológica (por constricción natural) después de haber recibido la cantidad correcta de sangre; la pinza no hace ningún daño porque no hace virtualmente nada. Cerrar el cordón de forma segura en el parto implica cerrar el sistema placentario de protección vital y arrancar los sistemas de protección vitales del bebé sin interrupción significativa de la ayuda vital durante el proceso del cambio.

El suministro de oxígeno y la sangre para llevar el oxígeno son elementos cruciales para el sustento de la vida. La sangre de color azul contiene poco oxigeno; la sangre roja está saturada de oxígeno. Las células del cerebro mueren rápidamente por falta de oxígeno; no se regeneran, y una carencia de oxígeno que dura alrededor de seis minutos causa daños cerebrales permanentes.

Funcionamiento normal del cordón y la placenta después del parto (sin pinzamiento)
Antes del parto, los pulmones están llenos de líquido y hay muy poca sangre fluyendo a través de ellos; el niño recibe el oxígeno de la madre a través de la placenta y del cordón. Esta fuente placentaria de oxígeno continúa después del nacimiento hasta que los pulmones empiezan a trabajar y suministrar oxígeno ó es decir, cuando se llenan de aire y toda la sangre de la parte derecha del corazón los está atravesando. Cuando el niño está gritando y tiene un color rosado, los vasos sanguíneos se cierran solos. Durante este intervalo entre el nacimiento y el bloqueo natural, tiene lugar una transfusión de sangre desde la placenta para establecer el flujo de sangre a través de los pulmones. De esta forma, el proceso natural protege el cerebro asegurando una fuente continua de oxígeno a partir de dos fuentes hasta que la segunda está funcionando correctamente.

La transfusión de sangre placentaria se da por la gravedad o por las contracciones del útero de la madre, acción que empuja la sangre en el bebé. La transferencia de la sangre en el niño a través de las venas del cordón puede ocurrir después del cierre de las arterias (ya no hay pulsaciones en el cordón). La transfusión está controlada por los reflejos del niño (las venas del cordón se estrechan) y terminada por ellos cuando el niño ha recibido suficiente sangre (cierre de las venas del cordón). El cambio de la oxigenación placentaria a la oxigenación pulmonar también implica el cambio de la circulación fetal a la adulta ó del uso unilateral del corazón (flujo de sangre del cuerpo solamente) al uso de los dos lados (bilateral) del corazón (flujo de sangre a través de los pulmones, y luego a través del cuerpo.) La ventilación de los pulmones y la transfusión placentaria efectúan este cambio. Este es el resumen muy básico de un proceso muy complejo. Todo sucede generalmente a lo largo de unos pocos minutos después del nacimiento, y cuando los latidos del cordón han cesado y el niño está gritando y tiene un color rosado, el proceso está completo. Pinzar el cordón durante el proceso del cambio interrumpe estos sistemas de ayuda vital y puede causar lesiones graves.

Efectos y lesiones del pinzamiento inmediato del cordón (PIC)
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (CAOG) y la Sociedad de Obstetras y Ginecólogos de Canadá (SOGC) abogan por el pinzamiento del cordón inmediatamente después del nacimiento, antes de que el niño haya respirado. Esto corta instantáneamente la fuente placentaria de oxígeno, a la vez que el niño permanece asfixiado hasta que los pulmones empiezan a funcionar. La sangre, que se hubiera trasladado normalmente para establecer la circulación pulmonar del bebé, se queda bloqueada en la placenta, y el niño desvía la sangre del resto de los órganos para llenar los vasos sanguíneos del pulmón. Después del pinzamiento inmediato, el bebé llegado a término tiene generalmente bastante sangre para establecer la función pulmonar y prevenir daños cerebrales obvios, pero a menudo está pálido, débil y lento en reacción. De vez en cuando, algún niño gritará tan pronto su cabeza esté fuera, y las contracciones uterinas que lo empujan fuera lograrán también hacer una cierta transfusión placentaria antes de que le apliquen la pinza; sin embargo, el pinzamiento del cordón antes de la primera respiración causa siempre un cierto grado de asfixia y pérdida de volumen sanguíneo:
1. Interrumpe totalmente la fuente placentaria de oxígeno para el cerebro del bebé antes de que los pulmones comiencen a funcionar.
2. Detiene la transfusión placentaria ó transferencia de un volumen grande de sangre (hasta el 50% más del volumen total de la sangre) cuyo uso es principalmente el de establecer la circulación a través de los pulmones del bebé para arrancar su funcionamiento.

Parálisis cerebral
Mientras que el PIC es un peligro para todos los recién nacidos, en el caso de un niño que nace asfixiado y deprimido como consecuencia de sufrimiento fetal por compresión del cordón (por ejemplo, un cordón tenso alrededor del cuello), el PIC puede muy bien resultar fatal. Un niño privado de sangre placentaria oxigenada antes de nacer tiene una necesidad extrema de sangre oxigenada después del nacimiento. El PIC en tales circunstancias produce a menudo un bebé hipovolémico y asfixiado incapaz de empezar a respirar adecuadamente para aliviar la asfixia; el oxigeno de los pulmones nunca alcanzará el cerebro si el recién nacido no tiene suficiente sangre para fluir desde los pulmones al cerebro. El término médico para la condición que causa la parálisis cerebral (PC) es encefalopatía hipóxica isquémica (EHI). Hipoxia significa falta de oxígeno ó el niño no tiene ninguna fuente placentaria de oxígeno; isquemia significa falta de flujo sanguíneo ó la mitad de la sangre del bebé está en la placenta, y encefalopatía significa daño cerebral. La EHI se trata a menudo con transfusión de sangre o expansores de sangre después de que una gran parte de la propia sangre oxigenada del bebé se haya desechado con la placenta. Además, los bebés con EHI desarrollan generalmente anemia. La manera correcta obvia para reanimar a un bebé deprimido es manteniendo el cordón y la placenta en funcionamiento mientras se ventilan los pulmones. Si un bebé nace con un nudo en el cordón, ¿qué se hace con el cordón, se afloja o se aprieta?. Un recién nacido deprimido por falta de sangre y oxígeno recupera rápidamente un estado normal con una transfusión grande de sangre placentaria oxigenada y es poco probable que desarrolle una EHI. La restauración rápida de la oxigenación es crucial en la prevención del daño cerebral en un bebé deprimido, y ese bebé debe tener suficiente sangre para transportar oxígeno al cerebro. Si el daño cerebral hipóxico ocurrió antes del parto, la oxigenación y la transfusión placentarias no lo curarán después del nacimiento, pero la progresión del daño será prevenida. La transfusión de sangre dada después de que el niño haya desarrollado una EHI no restaurará las células cerebrales muertas. Las transfusiones de sangre realizadas en la UCIN son generalmente ejemplos de demasiado poco y demasiado tarde.

El sufrimiento fetal —asfixia intraparto— debido a la compresión del cordón, tal como ocurre en un prolapso de cordón durante el trabajo de parto (el cordón apoyado entre la cabeza y el cérvix) puede tratarse rápidamente aliviando la compresión —levantando la parte emergente (cabeza) o cambiando la posición de la madre. El ritmo cardíaco fetal y el monitor vuelven a normalizarse pronto, y en un parto que requiera una cesárea urgente, posiblemente el bebé no muestre ningún signo de asfixia. El mismo resultado se puede obtener en el momento del nacimiento en un bebé asfixiado con un cordón apretado alrededor del cuello al reducir la presión del cordón desenrollándolo, permitiendo así que la circulación placentaria reanime al niño . La práctica obstétrica estándar actual es pinzar el cordón inmediatamente para obtener un pH del cordón, lo que maximiza la asfixia y la hipovolemia y favorece una EHI. La sangre placentaria capaz de salvar la vida se desecha, mientras zonas del cerebro de los bebés se están muriendo.

Trastornos de aprendizaje y deficiencia mental
Generalmente los grados variados de parálisis cerebral y parálisis espástica se hacen evidentes pronto después del nacimiento, en los movimientos y los reflejos del niño, pero grados menores de daños cerebrales hipóxico-isquémicos pueden mantenerse ocultos durante años. La anemia con déficit de hierro en bebés se asocia a trastornos de aprendizaje y problemas de comportamiento hasta el punto de retraso mental cuando estos niños alcanzan la escuela primaria; el grado de retraso mental aumenta cuando se trata de niveles más graves de anemia infantil.

Al nacer, ningún neonato está anémico; la cantidad adecuada de hierro está suministrada por la madre independientemente de su estado de hierro. Cualquier recién nacido que recibe una transfusión placentaria completa en el nacimiento tiene bastante hierro para prevenir la anemia durante el primer año de vida. Es, por tanto, razonable concluir que la transfusión placentaria completa prevendrá el retraso mental, los problemas de comportamiento y los trastornos de aprendizaje que tienen lugar después de la anemia infantil. Al recién nacido con el cordón pinzado en seguida le puede faltar desde un tercio hasta la mitad de su volumen normal de sangre y es muy propenso a desarrollar anemia infantil; y tal como se mostró previamente, al nacer también tiene el riesgo de padecer daños cerebrales hipóxico-isquémicos. Mientras que algunos estudios sobre el tratamiento de la anemia en la infancia han demostrado ciertas mejoras del comportamiento, la mayoría de los estudios no muestran ninguna mejora o prevención de la disfunción cerebral después de la corrección de la anemia, lo que hace difícil establecer una relación causa-efecto entre la anemia y la disfunción cerebral. En la EHI y la PC (disfunción cerebral grave), la anemia se desarrolla DESPUÉS de que el cerebro se haya dañado. La hipovolemia y la hipoxia moderadas durante el nacimiento producirán anemia infantil; pueden también causar daños cerebrales de menor importancia y sin diagnosticar, que provocarán más adelante defectos del comportamiento. La evidencia apunta seriamente hacia una causa común para la anemia infantil y las disfunciones cerebrales de conducta: el pinzamiento inmediato del cordón. Es decir, ambas, la anemia y la disfunción cerebral, son efectos, no una causa y un efecto. En una revisión de 1982 sobre el pinzamiento del cordón, Linderkamp concluyó: el pinzamiento inmediato puede dar lugar a hipovolemia y anemia. Una transfusión placentaria media parece ser más apropiada para evitar el riesgo de hiperviscosidad y anemia, puesto que la deficiencia de hierro más tarde en la infancia es probablemente menos peligrosa. Y en una revisión similar en 1981, Peltonen indicó: cerrar la circulación umbilical antes de que tuviera lugar la aireación de los pulmones es una medida altamente no-fisiológica que, en consecuencia, se debería evitar. Aunque el bebé normal sobrevive sin daño, bajo ciertas condiciones desfavorables las consecuencias pueden ser fatales. Al cabo de pocos años, empezaron a aparecer en la literatura especializada informes sobre estos bebé ilesos, normales, anémicos, que resultaban ser retrasados mentales en la escuela primaria. Mientras que Linderkamp nunca demostró que la hiperviscosidad (hematocrito > 65%) presentara riesgo alguno para el recién nacido, las afirmaciones de Peltonen se basaban en sus observaciones de los tórax de recién nacidos a través de un fluoroscopio, a través de las que describió el relleno incompleto de los ventrículos cardíacos (disminución de tamaño del corazón) tras el pinzamiento inmediato; su uso de la palabra fatal indica que, después del pinzamiento inmediato, él atestiguó un fallo cardíaco que no se recuperó. Su consejo categórico para evitar este procedimiento (no menciona ninguna excepción) enfatiza que el niño normal tampoco está libre de riesgo. No aconsejó repetir su experimento; el CAOG y la SOGC sí lo recomiendan. Una parada cardíaca o un rendimiento cardíaco inadecuado durante unos pocos minutos producirán daños cerebrales permanentes. El pinzamiento inmediato del cordón se identifica claramente como una causa de lesiones neurológicos (cerebrales) neonatales que abarcan desde la muerte neonatal con parálisis cerebral hasta retraso mental y desórdenes de comportamiento.

El pinzamiento inmediato del cordón ha llegado a ser cada vez más común en la práctica obstétrica en los últimos 20 años; hoy, los índices de trastornos del comportamiento (como el TDA —Trastorno por Déficit de Atención— o el THDA —Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad—) y trastornos de desarrollo (como el Autismo o el Síndrome de Asperger) siguen creciendo y son frecuentes en la escuela primaria.

Síndrome de dificultad respiratoria
El bebé prematuro es mucho más vulnerable a una lesión producida por el pinzamiento inmediato del cordón que el niño robusto nacido a término. El cerebro está en un estado temprano de desarrollo y los tejidos en crecimiento activo se dañan más fácilmente por la falta de oxígeno y sangre. El problema más común del bebé prematuro y una causa principal de la muerte neonatal es el síndrome de dificultad respiratoria (SDR), que está causado por la falta de volumen de sangre (hipovolemia) debida al pinzamiento inmediato del cordón y poco flujo sanguíneo a través de los pulmones. La exudación por supuración (EPS) es el diagnóstico para el SDR; bajo el microscopio, la EPS del «shock pulmonar» —SDR— en pacientes adultos y geriátricos aparece igual que la EPS de los recién nacidos.

- El pinzamiento inmediato del cordón en los potros recién nacidos puede causar SDR y EPS, y lesiones pulmonares similares se han producido en perritos y conejos recién nacidos al quitar volumen de sangre después del parto.

- Landau previno totalmente el SDR y la EPS en recién nacidos seccionados suspendiendo la placenta y el cordón como un I.V. para realizar una transfusión placentaria completa.

- Kinmond previno virtualmente el SDR en prematuros al realizar una transfusión placentaria parcial; ninguno de estos bebés necesitaron transfusiones de sangre en la UCIN.

La respiración retractiva, que se observa en las etapas iniciales del SDR, es un esfuerzo reflejo de llevar la sangre dentro del tórax; en adultos con shock terminal hipovolémico, se ven como jadeos de falta de aire. Los recién nacidos con volúmenes óptimos de sangre a través de la transfusión placentaria no presentan respiración retractiva. Durante años, ha existido una abundante y abrumadora evidencia de que el SDR neonatal está causado por la interrupción de la transfusión placentaria por culpa del pinzamiento del cordón. Sin embargo, para la profesión médica la causa del SDR neonatal sigue siendo un misterio. Permitiendo que cada recién nacido tenga una transfusión placentaria normal, ni el SDR yatrogénico ni la hipoxia ni los daños cerebrales suelen aparecer, de lo que se deduce que estos trastornos deberían ser totalmente prevenibles.

Madurez pulmonar, surfactante y SDR

Un bebé prematuro de 34 semanas no tiene ningún surfactante en sus pulmones, que son, según los definen los conceptos perinatales actuales, inmaduros. Sin embargo, en seguida grita y se vuelve de un color rosado rojizo cuando presenta un volumen óptimo de sangre —sin utilizarse pinza del cordón. Los pulmones se comportan de la forma más madura, lo que choca con la idea actual de la madurez de los pulmones. El surfactante baja la tensión superficial del agua y aminora la tendencia de los alvéolos (saquitos de aire) a colapsarse. El pulmón del recién nacido está constituido por tejido eréctil, que expande y «levanta» los alvéolos con el inicio del flujo sanguíneo pulmonar. La ventilación relaja las arterias pulmonares, y el flujo sanguíneo pulmonar masivo dilata el atrio izquierdo y cierra el foramen oval (cambia la circulación sanguínea cardíaca unilateral a circulación sanguínea cardíaca bilateral) —el bebé se vuelve rosado.

La transfusión placentaria mantiene el flujo sanguíneo y la aireación de los alvéolos. La baja presión osmótica coloidal del plasmática (con alta presión hidrostática capilar) puede provocar un edema pulmonar inicial, pero la rápida hemoconcentración (pérdida de fluido en los tejidos sistémicos) corrige rápidamente esta situación, y los pulmones «se secan» fisiológicamente. El surfactante puede ayudar a prevenir el atelectasis y puede, al bajar la tensión superficial, aminorar la fuerza necesaria para inflar los pulmones en el momento del nacimiento. Sin embargo, el surfactante es de poco valor si el niño no tiene volumen suficiente de sangre para erigir los alvéolos. El surfactante no cura el SDR, y su ausencia no causa el SDR. El funcionamiento normal de los pulmones prematuros («madurez» pulmonar) depende mucho más de la transfusión placentaria y de la presión osmótica coloidal plasmática que de la presencia del surfactante. El funcionamiento pulmonar normal provee de la oxigenación adecuada al cerebro en crecimiento del bebé prematuro.

Tratamiento con esteroides y SDR

La administración de esteroides a la madre antes de un parto prematuro reduce enormemente la incidencia y gravedad de las complicaciones pulmonares (SDR) en el recién nacido prematuro, sin importar cuándo se pinza el cordón. Sin embargo, el uso prolongado de esteroides da lugar a un retraso del crecimiento.

Una explicación racional de este fenómeno es que los esteroides estrechan los vasos sanguíneos placentarios, no hasta el punto de impedir la respiración, pero sí lo suficiente para impedir la nutrición y causar retraso de crecimiento a largo plazo.

A corto plazo, la vasoconstricción placentaria hará que pase sangre hacia el bebé, dándole una transfusión placentaria antes de nacer. El volumen adicional de sangre, y posiblemente una cierta hemo-concentración explicarán la mejora del estado respiratorio. Por supuesto, si no se usa una pinza de cordón, sería mucho más eficaz y mucho menos costoso. Además, evitaría el retraso de crecimiento a largo plazo.

Circulación fetal persistente

Antes del parto, la circulación fetal rodea los pulmones con sangre oxigenada de la placenta. El SDR impide la oxigenación pulmonar del recién nacido, poniendo en riesgo las células cerebrales. La circulación fetal persistente (CFP) es con frecuencia un componente del SDR —poco flujo sanguíneo a través de los pulmones resulta en una baja presión en el atrio izquierdo, cosa que permite a la válvula del foramen oval quedarse abierta. La CFP presenta un alto porcentaje de mortalidad. La transfusión placentaria es un factor esencial al efectuarse el cambio de la circulación fetal a la circulación adulta en el parto, y la CFP también se asocia normalmente a los recién nacidos por cesárea a los que por costumbre se les aplica la pinza en el cordón inmediatamente, recibiendo poco o nada de transfusión placentaria. Después del parto, una vez la placenta se ha expulsado, la CFP rodea los pulmones y transporta sangre no-oxigenada al cerebro.

Exudación por supuración (EPS)

La formación de la membrana hialina es diagnóstica del SDR e indica muerte gradual de tejido pulmonar.

Si el recién nacido sobrevive, las cicatrices pulmonares indican un daño permanente. La EPS es, esencialmente, un infarto pulmonar lento (muerte por falta de flujo sanguíneo) debido a la baja perfusión y falta de nutrientes sanguíneos. El tejido pulmonar no muere por falta de oxígeno —hay oxígeno en los alvéolos, pero agota rápidamente los nutrientes deficientes (respiración aeróbica) y las células pulmonares mueren por privación. La supuración de las proteínas en los alvéolos a través de las células que mueren forma el material hialínico. En el SDR grave también tiene lugar el sangrado en los alvéolos —de la misma forma que ocurre en un adulto en el infarto pulmonar agudo, cuando los pacientes tosen y expectoran sangre rosada. La EPS indica una grave disfunción pulmonar y la consiguiente baja oxigenación cerebral del bebé.

Hemorragia intraventricular (HIV) (Hemorragia cerebral)

La HIV se asocia a menudo al SDR en los bebés prematuros. Tiene todas las características de un infarto hemorrágico de la matriz germinal (MG). La MG es un área metabólica muy activa del cerebro de los prematuros y es muy propensa a la necrosis hipóxico-isquémica (muerte) tal como la producida por el intenso espasmo vascular del shock hipovolémico. Después de la restauración del volumen sanguíneo ocurre la hemorragia en el tejido muerto y en el ventrículo. Más adelante, la absorción del tejido muerto agranda el ventrículo.

Estos bebés prematuros tendrán defectos neurológicos permanentes. Nunca se han efectuado estudios que permitan a los prematuros cerrar sus propios cordones umbilicales y alcanzar volúmenes sanguíneos normales.

Enterocolitis necrotizante (ECN)

Ésta es una lesión intestinal común en bebés prematuros (y en algunos recién nacidos a término) con un componente isquémico, y presenta las características de un infarto intestinal —sangre en las heces y perforación intestinal.

El espasmo vascular intenso del shock hipovolémico debido al pinzamiento inmediato es una explicación plausible para esta lesión. Normalmente la transfusión placentaria suministra al intestino del recién nacido flujo sanguíneo adicional para la preparación de la alimentación y la digestión.

DISCUSION

El propósito de toda asistencia médica debe ser el mantenimiento o la recuperación del estado y el funcionamiento normales (sanos). Por lo tanto, la definición y el reconocimiento de la forma y del funcionamiento normales son esenciales antes del comienzo de cualquier tratamiento. Un parto normal, sano (fisiológico) no requiere de intervención médica alguna; requiere de la observación (la atención) para detectar cualquier anomalía en vías de desarrollo. El parto natural incluye lo normal y lo anormal. Un verdadero nudo en el cordón umbilical ocurre de forma absolutamente natural, pero no es la forma rutinaria, normal del cordón; si es un nudo flojo, no afecta a la función del cordón y no requiere de tratamiento médico.

Si el nudo es apretado, bloquea el suministro de oxígeno al bebé, y en este caso se requiere de tratamiento (recuperación al estado normal). La comadrona o el médico que no entienden la forma y el funcionamiento normal del cordón umbilical no están cualificados para el tratamiento o el cuidado del mismo.

Todos los primates (monos, simios y seres humanos) tienen cerebros grandes que no pueden vivir y funcionar sin una fuente constante de oxígeno. Otros tejidos pueden vivir durante un tiempo sin oxígeno utilizando la respiración anaeróbica —una persona puede presentar muerte cerebral después de ahogarse pero tener músculos, riñones y otros órganos en estado normal.

El cerebro del primate está en el mayor de los riesgos durante el nacimiento, cuando su fuente primaria de oxígeno (la placenta) está en un extremo de una línea de suministro expuesta y vulnerable (el cordón umbilical). Para la supervivencia de la especie, los primates deben tener un mecanismo virtualmente perfecto, natural, que establezca rápidamente la fuente de oxígeno desde los pulmones mientras la placenta esté todavía funcionando. Este mecanismo debe entonces cerrar las venas del cordón para evitar que el recién nacido se muera desangrado después de separar el cordón. Durante la transferencia de la oxigenación placentaria a la pulmonar tienen lugar cambios complejos de tipo anatómico y fisiológico.

La mayoría de los obstetras, pediatras y especialmente sus coetáneos académicos nunca han visto a un bebé cerrar su propio cordón; desconocen totalmente la fisiología del proceso. El dogma y la desinformación institucional han borrado los pensamientos y los métodos científicos, y han cambiado un proceso sano, normal, en una enfermedad imaginaria. Así, aconsejan curar la enfermedad imaginaria con un pinzamiento perjudicial del cordón umbilical. Amputar una placenta en funcionamiento significa destruir el órgano que tiene como fin mantener vivo y preparar al bebé para la vida fuera del útero. No hay ninguna excusa o justificación para el método recomendado por el CAOG/la SOGC de pinzar el cordón inmediatamente para obtener muestras médico-legales de sangre. En caso de estar indicada, una aguja fina introducida en una arteria del cordón latiendo proveerá la misma información sin destruir el sistema de ayuda vital del bebé.

Los médicos creen que la transfusión placentaria causa hipervolemia, plétora, policitemia e hiperviscosidad. Desconocen el hecho de que la policitemia (hematocrito > 65% — demasiadas células rojas) ocurre también en muchos bebés normales, sanos. Los médicos han hecho una lectura normal, de laboratorio, de una enfermedad porque las células rojas aumentan la viscosidad de la sangre. Nunca han definido cuál es la viscosidad normal, pero han definido el síndrome de la hiperviscosidad (SHV) como un flujo sanguíneo extremadamente bajo que atraviesa los tejidos. El SHV está causado supuestamente por la sangre pegajosa, tal como ocurre después de que el niño haya recibido demasiada sangre.

Sin embargo, el SHV nunca se ha detectado en un bebé con pinzamiento tardío, sino que generalmente ocurre en recién nacidos pinzados inmediatamente después del parto. El SHV es un síndrome de vasoconstricción debido sobre todo al bajo volumen sanguíneo y tiene muy poco que ver con la viscosidad de la sangre. Si, en ocasiones muy raras, un niño recibe demasiada sangre después del cierre natural del cordón, la afección se debe diagnosticar correctamente y quitar el exceso de sangre, igual que en el caso de una rotura espontánea del cordón durante el parto se debería pinzar inmediatamente para prevenir pérdidas de sangre.

El pinzamiento del cordón es muy útil para parar la hemorragia por rotura de cordón; los médicos la utilizan en cada parto para evitar el sangrado. Generalmente este procedimiento bloquea la transfusión placentaria, y se han hecho centenares de estudios para determinar si pinzar el cordón antes de la transfusión es más beneficioso que después de la transfusión; y centenares de estudios más sobre el hecho de pinzar durante la transfusión para conseguir la «cantidad adecuada» de sangre en el bebé. Sólo la revisión de Linderkamp tiene más de 200 referencias.

Los estudios de Gunther demuestran que durante la transfusión placentaria, la sangre puede fluir dentro y fuera del niño hasta que se logra la cantidad correcta de sangre después de que el niño empiece a respirar. Si el pinzamiento del cordón se aplicara en el nivel máximo de una contracción uterina que está empujando sangre con alta presión en el niño podría muy bien atrapar demasiada cantidad de sangre en él, sangre que habría vuelto a la placenta si la pinza no se hubiera utilizado.

Pinzar entre las contracciones uterinas puede dejar demasiado poca sangre en el bebé, haciendo imposible decidir el momento adecuado de pinzar el cordón.

Se entiende generalmente (malentiende) que demasiada sangre causa ictericia y daña el cerebro. Más centenares de estudios se han hecho sobre el pinzamiento inmediato para reanimar a los bebés prematuros y para medir valores del pH del cordón en el momento del parto en beneficio de los factores de riesgo. Todos estos estudios sobre el pinzamiento del cordón presentan defectos científicos; no tienen ninguna norma fisiológica —ninguno de estos estudios incluyó un grupo de control fisiológico de bebés nacidos sin utilizarse la pinza del cordón, bebés normales que no tienen demasiado poca sangre dentro de sus cuerpos.

Sin una norma establecida, la pinza del cordón y las lesiones que provoca están aceptadas como parte de un parto normal. Casi todos los bebés prematuros desarrollan una anemia que es normal, y más adelante, en la escuela, se descubre que son retrasados mentales. Todos han recibido la atención rutinaria según las recomendaciones de la academia médica.

La anemia y el retraso mental son el resultado de una lesión normal en un parto con pinza del cordón umbilical.

Lo absurdo de la controversia sobre el pinzamiento del cordón, «demasiada sangre», queda mejor ilustrada a través de una analogía satírica:

* La intubación endo-traqueal (un tubo en la tráquea) es muy útil para ventilar a un recién nacido que está demasiado deprimido como para respirar. Por lo tanto, en cada nacimiento, se coloca un tubo en la tráquea a todos los bebés para ayudarles a respirar. Esto evita que la mayoría de los recién nacidos griten, aunque algunos griten antes de insertarles el tubo, pero entonces se evita un grito posterior.

Entonces se hacen más estudios para descubrir si intubar antes de que el bebé llore es más beneficioso que la intubación efectuada después del llanto. Se entiende generalmente que demasiado llanto puede darle al niño demasiado oxígeno y puede dañar los ojos. Muchos más estudios se hacen sobre la intubación inmediata (para documentar el contenido de dióxido de carbono en la primera respiración para los factores de riesgo) y se comparan con millares de bebés, algunos intubados a los tres minutos y otros, a los cinco minutos del parto para descubrir qué es normal.

* Todos los bebés prematuros están intubados inmediatamente, ya que esto les da un Apgar de 2 de respiración normal después de un minuto incluso cuando no tienen latido de corazón. Se monitoriza la ventilación de modo que ningún bebé tenga «demasiado oxígeno.» Los desgarros en las cuerdas vocales y los pneumo-tórax se aceptan como parte de este tipo de parto «normal». Los médicos están sorprendidos cuando se les dice que los bebés nacidos en casa nunca tienen desgarros en las cuerdas vocales, pero todos están aterrorizados si no usan la intubación incluso en unos pocos neonatos, e incluso piden la autorización de la madre para este procedimiento, ya que la intubación inmediata es el Estándar del Cuidado establecido por los dioses de la Academia para el uso de los abogados de juicio.

La pinza del cordón, igual que el tubo endotraqueal, no es una parte de la anatomía humana. Es un instrumento quirúrgico peligroso con indicaciones muy limitadas para su uso. Una pinza colocada en el cordón latiendo de un recién nacido que no puede respirar tiene el mismo efecto que una pinza colocada en la garganta de un niño que está gritando —asfixia completa. El cierre natural del cordón y la transfusión placentaria son tan normales y sanos como es el grito al nacer. La puntuación normal del test de Apgar a los cinco minutos es 10 en un bebé de color rosado, activo, gritando, y muchos recién nacidos pinzados inmediatamente no alcanzan esta puntuación; puntuaciones bajas en el test de Apgar efectuado a los 5 minutos se correlacionan con lesiones neurológicas.

Windle afirma: A menudo un niño con un leve defecto cerebral no tiene una apariencia externa distinta a la de un niño normal. Su cociente intelectual puede hallarse en de los límites considerados normales, pero nunca se sabe a qué nivel habría llegado si su cerebro no hubiera sido dañado en el útero o durante el parto.

Los trastornos neurológicos y de memoria, los trastornos de conducta y las correspondientes lesiones cerebrales que Windle demostró en monos, se produjeron al interrumpir la oxigenación y la circulación placentarias en el momento del nacimiento y por retrasar el inicio de la oxigenación pulmonar. No ocurrieron en los monos recién nacidos que nacieron sin interferencias con el cordón y la placenta.

Trastornos neurológicos y de conducta sorprendentemente similares ocurren en bebés humanos después de un período de asfixia que tiene lugar entre el cese de la oxigenación placentaria y la instauración de la oxigenación pulmonar. La causa principal de estos trastornos en los bebés humanos es el pinzamiento temprano del cordón umbilical, que bloquea la oxigenación y la transfusión placentarias.

El experimento de Windle en monos se repite todos los días en los recién nacidos humanos. Los problemas de aprendizaje están aumentando dramáticamente. Uno de cada seis niños está afectado por autismo, agresividad, dislexia o trastornos de déficit de atención. En Nueva York, los casos de los problemas de aprendizaje subieron un 55% entre 1983 y 1996, de 132.000 a 204.000. En California, en 1998, había 11.995 casos de autismo, más del 210% que en 1987 . Las lesiones a las que se refería Erasmus Darwin hace más de 200 años han sido demostradas convincentemente en número, variedad, y gravedad por la práctica del pinzamiento inmediato del cordón.

Esta práctica ha aumentado enormemente en los últimos veinte años. No utilizando la pinza hasta después del cierre fisiológico de las venas umbilicales se eliminarán la mayoría de estas lesiones.

Sin embargo, el propósito de este artículo no es solamente evitar daños en los recién nacidos, sino también asegurar una supervivencia óptima.

El niño tiene la capacidad y los recursos biológicos para llegar a ser el más brillante y el mejor; el no-uso de la pinza del cordón ayuda a asegurar ese potencial.

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George M. Morley se licenció en la Facultad de Medicina de la Universidad de Edimburgo (Escocia) en 1957, y realizó el rotatorio en Michigan (EE.UU.) en 1958, completando su residencia en Obstetricia y Ginecología en 1964. Desde entonces, ha sido miembro del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. En 1962 comenzó en la práctica privada, donde durante algunos años estuvo asociado con Dr. Tomás Carbonell, quien se licenció por la Universidad de Barcelona en 1953, hasta la retirada de éste en 1974. Durante distintas etapas ha ocupado el cargo de jefe de personal y de obstetricia y ginecología en diferentes hospitales del sudeste de Michigan. Su interés por el pinzamiento del cordón como práctica del incremento de daño cerebral surgió cuando dirigía un comité de investigación de calidad de servicio obstétrico para procesos judiciales sobre parálisis cerebral. Está retirado desde 1999.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Mi primer doulaje
















LLEGÓ CARLOS..............SAINZ (febrero de 2009)



Es 23 de febrero de 2009, algo me hace ponerme alerta, no lo se explicar pero de pronto sentí que Carlos ya estaba cerca y que lo que había ido posponiendo no podía esperar más. Hice las últimas cosas que quedaban por preparar y llamé a Asun.

Vale, empiezo desde el principio. Soy una doula en práctica, ¿que qué es una doula?, la doula es la mujer que da apoyo emocional y logístico a otra mujer durante su embarazo, parto y posparto. Esto es resumiendo muchísimo, pero es que si no no llegaremos nunca al final tan precioso que es Carlos.

Bueno, pues como decía soy una doula en prácticas porque todavía no he terminado mi formación teórica. Asun es una buena amiga, la conozco hace ya casi 4 años, nos conocimos cuando ella estaba embarazada de su primera hija y yo de mi segunda, íbamos a clases de preparación al parto a una clínica de partos naturales y cuando ya tuvimos a nuestros bebés nuestra amistad duró y seguimos en contacto. Así que Asun estaba ya embarazada de su segundo bebé cuando yo estaba en mi formación de doula, acordamos que la acompañaría a su parto para hacer mis prácticas y ella así tenía alguien que se ocupara de su hija mayor mientras ella paría, pues era lo que más le preocupaba para ese momento.

Como os podreis imaginar a estas alturas, Carlos es el bebé que Asun espera.

Ambas teníamos mucha ilusión en que llegara el día del parto y cada cual cumplir con nuestro cometido (ella parir y yo a disposición para lo que se me necesitara). El único problema era la logística, viviamos a una hora de distancia y el hospital en el que Asun iba a parir (Acuario, una clínica de partos naturales) estaba a otra hora más desde casa de Asun.
Pensamos que las cosas ocurrirían como tendrían que ocurrir, por más que pensaramos, era muy difícil adivinar que pasaría el gran día.

Llegó el día 24 de febrero y no tenía noticias de Asun, así que la llamé para preguntarle como iba. Me dice que no lo sabe muy bien, pero que está paseando y tiene dolorcillos, aunque ella piensa que no puede ser, que seguro que son sus ganas de ver a Carlos.

Le digo que estoy a su disposición, que con cualquier cosa me llame. Ella me comenta que por la tarde a las 7 y media tiene cita con el gine, que según lo que le diga, me llama y me cuenta.

Me voy a casa a comer, mis padres están de visita y pienso que sería un buen día para el parto, porque así no tengo que andar dejando a mis niños por ahí. Pues eso, comiendo estábamos cuando sobre las 3 y media me suena el móvil. Me dio un sobresalto pensando en Asun y me tragué el bocado que tenía en la boca para contestar cuanto antes. Miro la pantalla del móvil y efectivamente es ella. Me dice que ha adelantado la cita con su gine a las 4, porque nota que los dolores no paran y piensa que puede ser parto. Quedamos en que cuando salga del ginecólogo me llama para decirme si salgo para allá o no. Termino de comer rápido y me dispongo a prepararme mi bolsa, empiezo a pensar que hoy daremos la bienvenida a Carlos.

Mientras me preparo la bolsa me vuelve a llamar Asun, me dice que todavía no ha entrado al ginecólogo, pero que salga para allá, porque la cosa no tiene ninguna pinta de pararse. Le digo que ya lo tengo todo preparado y que salgo para allá, llegaré en tren a Valencia y ellos después de recoger a su hija mayor del cole pasarán a recogerme a mi. Vale, todo en marcha.

Mi hermano también está en casa, así que él me lleva a la estación para no perder tiempo. Por suerte en cuanto llego sale un tren, son las 4 y 20 y llegaré a Valencia una hora más tarde, justo el tiempo para que ellos recojan sus cosas, vayan a por su hija y yo ya les estaré esperando. Cojo el móvil, en todo el día no lo he utilizado para llamar, sólo he recibido llamadas y cuando trato de llamar a Asun, me doy cuenta de que me han cortado la línea (es un móvil de empresa y por lo visto la empresa no ha pagado este mes, ¡maldita crisis!). Trato de calmarme, seguro que Asun me llama en breve para saber por donde ando. Pero no me llama, me desespero y me decido a pedirle a alguien que me deje utilizar su móvil. Ando por el tren con mi móvil en la mano, mirando a la gente a ver quien tiene pinta de dejarme su móvil. Veo a una mujer y una chica jovencita, les veo cara de amables, así que les digo con algo de vergüenza si me dejan utilizar su móvil, pues estoy en una situación delicada. La mujer me mira con desdén y me dice que ella tampoco tiene saldo, por suerte la chica de su lado está sacando el móvil y me dice que no hay problema, que llame. En ese momento pienso en que a la próxima persona que me hable mal de la juventud de hoy en día, le pondré un pañuelo en la boca.

Llamo a Asun y al otro lado del teléfono suena una voz extraña, es Asun, pero tiene una voz más grave y su habitual buen humor se ha esfumado. Le pregunto como está y me dice “De parto, estoy de 5 cm.”, yo entiendo que me dice de 2 cm. y pienso que hay tiempo. Le explico que no la podré llamar, que ante cualquier cosa que me llamen y quedamos en que a las 5 y 20 me recogen en la estación.

Pasan 10 minutos, mi móvil está en mi mano, no me atrevo a meterlo al bolso, no sea que no lo vaya a oir y de pronto suena, es ella de nuevo, contesto y con la misma voz grave me dice. “No llegamos”, la interrumpo y le digo, “Tranquila iros para allá, yo cojo un taxi y acudo a Beniarbeig”, pensaba que me decía que no llegaban si me esperaban a mi. Ella me corrige, “No, no llegamos a Acuario, nos vamos al Peset, acude tu allí”, en ese momento me da por pensar en que no han pensado en que hay que recoger a la niña del cole y le pregunto “¿Qué hacemos con Alba” y ella me aclara que la recoge su suegro. Enseguida me doy cuenta de lo absurdo de mi comentario.

El Peset es un hospital público, pero es el que más cerca les pilla y por lo visto no hay mucho tiempo.

Llego a Valencia, salgo corriendo en busca de un taxi, es una mujer taxista y me da buen rollo, pienso que esto seguro que indica que todo va a ir bien (cosas raras que piensa una en momentos de tensión). Llego al hospital, voy directa a admisiones y pregunto por Asun Roca. Me dicen que está en la habitación 709, así que salgo pitando hacia los ascensores, pensando que si está en la habitación, todavía está en dilatación y puedo acompañarla aunque sea un poquito. Salgo del ascensor y el primer cartel que leo es “neonatología”, ese nombre me da miedo, una sombra negra planea sobre mi y la espanto como puedo, “No, este no es mi parto, es el de Asun, todo va a ir bien”. Llego a la habitación y la chica que está allí me dice que allí no ha llegado nadie. Pienso que estará en paritorios, pregunto por paritorios y me dicen que está en la planta baja, otra vez para abajo, ¡Por Dios que lentos son los ascensores!.

Ya estoy en planta baja, salgo hacia el pasillo que me han indicado y enseguida encuentro a Chimo. Tiene cara de asustado, me dice que Asun está dentro y que a él aún no le han llamado. Trato de tranquilizarle y le digo que cuando le dejen entrar, que tenga clara dos cosas, la primera que trate de que pongan al bebé sobre la mamá y que se mantengan juntos el máximo tiempo posible, la segunda que si tienen claro que de momento no quieren vacunar a Carlos, que les avise de que no le pongan la Hepatitis B al niño. Dice que vale y que acaba de ver a una mujer salir con el bebé juntos en una camilla, así que confía en que no separen a Carlos de Asun. Nos vamos tranquilizando y Chimo me va contando como ha transcurrido el día, me cuenta que Asun a la hora de comer ya tenía una cara rara, pero que le ha dicho que no se preocupara y que se fuera a trabajar, que quizá se han confiado demasiado. También me cuenta que cuando ya iban en el coche, Asun ha roto aguas y se ha asustado mucho y por eso ha pedido ir al Peset, que él hubiera seguido hacia Beniarbeig, pero que ella estaba muy asustada. Yo le digo que si Asun ha tomado esa decisión, seguramente será la correcta, porque nadie mejor que ella conoce su cuerpo. De esto estamos hablando cuando sale una enfermera o celadora o yo que se que es y pregunta por familiares de Asun Roca, Chimo entra corriendo y yo me siento en la salita de espera sabiendo que ahora ya no tengo que correr más (nunca me había imaginado mi primera experiencia como doula con tantas prisas, me la había imaginado de muchas formas, pero nunca corriendo, no estoy acostumbrada a partos rápidos).

Al ratito llega una señora muy nerviosa, se dirige atropelladamente a una celadora que está hablando con otra persona y entiendo algo de que pregunta por su hija que le habían dicho que estaba en la habitación 709. Le pregunto si es la madre de Asun y me dice que si, la celadora con bastante poco tacto le aclara que Asun ya ha parido y que ahora saldrá que la están cosiendo. Le digo que se siente a mi lado y la tranquilizo, le explico que soy una amiga de Asun (explicarle en estos momentos lo que es una doula, me parece subrealista) y que si Asun ya ha parido, con lo poco que hace que ha llegado al hospital, es porque todo ha ido bien, que los partos que se desarrollan tan rápido suelen ir bien. La señora está llorando y me agradece la poca información que le doy. Se va tranquilizando aparentemente aunque se le nota que lleva un gran nerviosismo por dentro. Empiezo a hablarle de Alba, de lo que le va a ilusionar el tener ya al hermanito y parece que hablando de su nieta la cara le va cambiando, me pregunta si tengo hijos y le explico que si, que tengo dos y que mi hija pequeña es de la misma edad que su nieta Alba. Al poco pasan por el pasillo con una cuna vacía hacia paritorios, pienso que esa cuna es para Carlos, no me da mucha tranquilidad porque eso significa que les tendrán separados, pero me callo y vamos a la puerta de paritorio a ver si vemos salir al peque.

Al poco ratito sale una enfermera empujando la cuna con Carlos dentro y Chimo muy nervioso alado pidiéndonos que nos quedemos allí para esperar a Asun que todavía están cosiéndola. No entiendo porqué se llevan primero al bebé, pero no me da mala espina pues lo llevan en una cuna convencional, nada de incubadoras ni carreras con el bebé. Antes de que se vaya Chimo, la suegra le pregunta por como está Asun y no nos da ninguna respuesta, nos vuelve a pedir que la esperemos. Me da por pensar que quizá haya sido una cesarea de urgencia, pero recuerdo las palabras de la celadora y ha dicho literalmente “Asun ya ha parido”. En fin, por más que piense no voy a solucionar nada, así que volvemos a la salita a sentarnos a esperar.

Aguantamos poco rato allí sentadas, salimos de nuevo al pasillo y después de un rato oímos algo de que tienen que subir a planta a una chica, supongo que es Asun y allí nos quedamos en el pasillo. Pasa otro rato y por fin sacan a Asun. Nos miramos, trato de dejar espacio para ella y su madre, pero veo claramente que Asun me busca a mi, le doy mi mano y lo primero que me dice es “Que desastre Mª José”, “No”, le digo, “No es ningún desastre, que acabo de ver a Carlos y es un bebé precioso”, sonríe y me dice “Si, ¿Lo has visto?, es que yo casi no lo he podido ver”. Le digo que Carlos está arriba con Chimo y que ahora la van a subir y lo verá todo lo que quiera y más. Subimos y llegamos a la habitación, está Chimo, pero no está Carlos, pienso que será un momento tenso, no se lo que pasa, pero imagino que Asun preferirá tener intimidad en ese momento, así que bajo la cortina que separa la zona de la cama de Asun de la de la otra chica de la habitación. Chimo nos explica que se han llevado a Carlos a observarlo porque respiraba con algo de dificultad, Asun dice que si se lo traen seguro que se estabiliza si le dejan estar junto a él. Le doy ánimos y salgo a ver que pasa con el niño. Está en una salita sólo unos metros más allá de la habitación, no está en neonatos ni nada, simplemente está en una salita donde le observan a él y a otros bebés. Me explican lo mismo que a Chimo y se lo repito a Asun. Asun me cuenta un poco como se han desarrollado las cosas, que el niño ha llegado igual que su hermana, con una vuelta de cordón al cuello y que lo han tenido que sacar con ventosa como a Alba. Dice que ha sido un parto hospitalario de los típicos, con reproches por haber llegado ya en expulsivo, quejándose de que seguro que ha aguantado tanto para que no le pusieran oxitocina. Trato de quitarle esos pensamientos, le pregunto si han llegado a ponerle anestesia y me dice que sólo para ponerle los puntos. Le digo que eso es totalmente normal, que en Acuario también le hubieran puesto anestesia local para coserla. Entonces ella recuerda que con Alba en Acuario también le pusieron anestesia local para los puntos.

Empieza a desesperarse por no tener allí a Carlos y dice que está pasando un tiempo muy importante para el bebé. Imagino que está pensando en la instauración de la lactancia y le digo que ahora no piense en tiempos, que en cuanto traigan a Carlos recuperarán este ratito y ya no se separará de él. Le explico que está muy cerquita, solo unas puertas más allá de la habitación y ella me dice que le está enviando mensajes positivos a su bebé para que se recupere enseguida y lo traigan prontito.

Empiezan a llegar familiares, se empieza a llenar la habitación, así que salgo de la habitación y aprovecho para ir a la puerta de la salita donde están observando a Carlos y veo a la pediatra que sale y dice que va ha hablar con la mamá de la habitación 711........Uf, que descanso, no ha dicho la habitación 709. Empiezan a sacar algún bebé, pero ninguno es Carlos, estoy con Chimo allí y preguntamos si van a sacar ya a Carlos, la pediatra que está volviendo en ese momento nos explica de forma muy seca que Carlos aunque ya empieza a respirar mejor, tiene un quejidito al respirar y las manitas un poco frías, que en cuanto desaparezca el quejido y recupere temperatura se lo llevarán. Nos piden que no nos quedemos allí en el pasillo, así que como poco podemos hacer, nos vamos hacia la habitación.

La habitación está muy llena y empiezo a preocuparme por cuando le lleven al bebé a Asun, imagino la poca intimidad que va a tener y hablo con Chimo de esto, le pido que trate de que la gente salga de la habitación cuando llegue Carlos. Él me dice que si y me explica que ha hablado con su suegra y le ha dicho que esta noche él se irá a dormir con Alba para no trastornarla demasiado y que Asun decidirá con quien quiere pasar la noche y su madre dice que respetará la decisión.

Aprovecho y llamo a casa, mis peques están bien y les aviso de que no se cuando volveré, si hoy por la noche o mañana por la mañana.

Me asomo a la habitación y sigue muy llena, veo de lejos a Asun y no se como ayudarla, así que voy de nuevo a donde está Carlos. Chimo viene conmigo y preguntamos de nuevo como está el niño. Nos dicen que en seguida lo van a llevar, que en tres minutos lo tenemos allí. Uf, respiro, se acabaron mis fantasmas, con esas tres palabras “en tres minutos”, se han largado bien lejos de mi cabeza, por fin veo que no tiene ningún sentido el pensar que mi historia se va a repetir. Vuelvo a repetirle a Chimo que ahora si en cuanto lleven al niño hay que vaciar la habitación. Al ratito sacan una cuna con un bebé, en el cartelito pone “Carlos – Mª Asunción Roca Gea”. ¡¡¡POR FIN!!!, miro a Carlos, tan morenito y tan guapo, va tranquilo, no llora. Llegamos a la habitación y entre Chimo y yo conseguimos vaciar algo la habitación aunque no todo lo que yo quisiera, las abuelas no se van, se quedan allí una a cada lado de la cama. Asun ya tiene a su bebé pegadito a ella, le ayudo a quitarse el camisón, que va atado a la espalda y con el gotero es complicado, pero lo conseguimos, acerca el pecho a Carlos y se engancha sin problema, ya no existe nadie alrededor de Asun y Carlos, están el uno con el otro y el mundo se ha parado.

Chimo ha salido y sigo pensando que podría ser aún mejor si salieran las abuelas y se quedara Chimo, es el momento de ellos tres. Salgo y le digo a Chimo que si puede entrar y estar con Asun, que seguramente en estos momentos ella quiere que él esté allí y no las abuelas, que si puede las haga salir. Entra Chimo, pero no veo que las abuelas salgan, entro y sutilmente sugiero que podríamos dejarles a los 3 unos momentitos de intimidad. La madre de Asun hace ademán de moverse, pero la suegra bastante enfadada me dice que ellas allí no molestan. Me doy por vencida, no es momento para pelearse y Asun está embelesada en su bebé.

Pasa el rato, empiezan a entrar familiares de nuevo, así que entro yo por si Asun necesita algo de mi. Me acerco a ella y ella me pregunta cuando me tengo que ir, que que voy a hacer. Le digo que este momento es de ella, que ella decide lo que quiere que yo haga. Me dice que le sabe mal hacerme quedar, pero noto que no quiere que me vaya. Le digo que no es momento de pensar en los demás, que piense en ella misma y elija de verdad quien le apetece que se quede con ella esta noche. Me mira, me da la mano y me dice que entonces quiere que me quede yo.

Carlos sigue con su tetita y todo marcha bien, así que vuelvo a salir y llamo a casa para avisar de que volveré mañana por la mañana, todo va bien por casa.

Los familiares se van marchando poco a poco, al final se quedan Chimo y la madre de Asun. Chimo se ofrece a llevar a su suegra a casa y su suegra prefiere quedarse un rato más con su hija. Cuando Chimo se va, Asun tiene ganas de ir al baño, la acompaño y la limpio un poco. Carlos está en la cama dormidito.

Traen la cena a Asun y mientras su madre la ayuda con la cena me pide que coja al niño. Para mi todo un honor. Carlos se remueve un poco, debo oler muy diferente a su mami, pero finalmente acepta y se queda apoyadito en mi pecho. Asun vuelve a ir al baño tras la cena y la abuela se acerca a ver al nieto, se lo dejo un poco mientras Asun está en el baño y cuando ella sale, la ayudo a colocarse de nuevo en la cama. La abuela no parece tener intención de devolverle el niño, así que me ocupo yo de cogerlo y dárselo a la mamá. La abuela pregunta si no lo dejamos en la cuna, Asun se apresura a decirle que ni hablar. No hay más comentarios.

La abuela se va y nos quedamos Carlos, Asun y yo, hablamos un ratito Asun y yo sobre como han transcurrido las cosas y lo bonito que es Carlos y lo que se parece a su hermana. Mamá y bebé están cómodos, así que me voy al sillón, cojo una revista y los dejo tranquilos, de vez en cuando miro de reojo por si la mamá se duerme, pero no puede dejar de mirar a su bebé. Asun me dice que tiene dolores en el útero cuando mama Carlos, le pregunto si quiere algún analgésico y me dice que lo pida, que de momento aguanta pero quiere tenerlo por si acaso. Al poco rato decide tomárselo. También tiene hambre, así que voy y le pido un yogur y unas galletas, se las come mientras le sujeto a Carlos, que esta vez está menos conforme con eso de estar en mis brazos, cada vez tiene más claro que es con su mami con quien debe estar.

Asun termina el yogur y las galletas y le doy de nuevo a Carlos, parece que está incómodo, le miramos el pañal pero está limpio, así que le sugiero si quiere abrirse el camisón y poner al bebé piel con piel. Se abre el camisón pero no quiere desnudar a Carlos, dice que será molestarlo demasiado. Así que le pongo a Carlos encima de su pecho y los tapo. Parece que así Carlos se queda más tranquilo y finalmente se duerme sobre su mamá. Pasan así un buen rato y Asun me llama. Dice que está muy agusto y le da penita pero necesita ir al baño. Cojo a Carlos y va al baño, al volver Carlos se ha despertado, así que lo pongo a su lado y le da pecho de nuevo. De vez en cuando Carlos protesta y les ayudo si necesitan cambiar de posición o si se han destapado. Finalmente nos dormimos los tres.

Entra la luz por la ventana y Asun y Carlos están dormidos, así que cierro las cortinas para que no les entre mucha claridad. Siguen durmiendo pero entra una enfermera con los termómetros. Me levanto y ayudo a Asun, Carlos sigue dormidito.

Traen el desayuno, me cambio de ropa, Asun va al baño, Carlos va tomando teta y le digo a Asun que he preguntado y me han dicho que se llevan a los bebés para bañarlos y a veces la revisión pediátrica la pasan en la habitación y otras veces se llevan al bebé. Le comento que el baño no es necesario y que pueden negarse a que se lo lleven a bañar, que también puede pedir que la revisión pediátrica la pasen en la habitación, pero que si se ponen muy tercos con el tema, el niño tiene derecho a ir acompañado en todo momento de un familiar. Ella me dice que no dejará que se lo lleven a bañar y que las revisiones pediátricas siempre irá alguien con él.

Llega la madre de Asun, recojo mis cosas y me ocupo de llenar la cunita con pañales, compresas, neceser, etc, etc, para que la abuela no tenga tentaciones de dejar allí al niño, ya que Asun no quiere usar la cuna (me lo ha dicho durante la noche, al igual que me ha dicho que se alegró mucho por haberle dicho a su suegra que les dejaran intimidad, que aunque no se habían ido el hecho de habérselo dicho, para ella era todo un logro).

Le doy un beso a Asun, otro a Carlos y dos besos a la abuela, no sin antes felicitarla por el nuevo nieto, me voy y quedo en que le llamaré al día siguiente. Me voy con la dulce imagen de Carlos en mis pensamientos.